Just in Time
El tiempo corre de prisa en los últimos días.
Me levanto y me encuentro
con que apenas tengo tiempo
para llegar a donde quiero ir.
Los asuntos pendientes se me han ido
acumulando de manera bochornosa
por falta de tiempo.
Mis relojes se han vuelto locos
y el sol ya no es lo que solía ser,
los días y las noches se han achatado.
Los camiones viajan más rápido
y tienden a llegar misteriosamente
tarde a su destino.
Si el día sigue teniendo veinticuatro horas,
con toda seguridad alguien le ha roba
dominutos esenciales a las horas,
o tal vez, segundos imprescindibles
a los minutos.
¿Y para qué querría ese alguien
atesorar tiempo robado?
¿En qué lo usaría? ¿Y qué hará con él cuando,
de modo irremediable, le comience a sobrar
y termine sus labores más temprano
y todavía le quede tiempo en las alforjas
para prestar y regalar?
Reconozco con pena que alguna vez
he perdido el tiempo...
siempre me ha intrigado
que habrá sucedido con él,
¿Lo habré dejado olvidado en algún lugar?
¿Estará tirado en un parque lejano a donde fui
con toda la sana intención de perderlo?
¿Será pisoteado por la gente
con prisas que vigila su tiempo
y lo cuida administrándolo con pasión?
¿O alguien lo habrá encontra
doy lo estará malgastando
en puras cosas inútiles?
Estos últimos días he estado pensando
con mucha seriedad
en no levantarme por las mañanas.
¿Para qué hacerlo si indefectiblemente
me va a faltar tiempo para terminar todo
lo que tengo agendado?
Tal vez lo que necesito es tirarme
en el pasto y dedicarme a pensar en ti.
Al fin que no he hecho otra cosa
todo este tiempo.
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