Trazos de viento y de espuma. Lluvia de estrellas en la soledad de mis noches. Cantos rodados, pulidos por el revenir de mis olas. Locura de mis días y nostalgia de mis tardes muertas.

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Nombre: Luis David
Ubicación: Sta. Ana Chiautempan, Tlaxcala, Mexico

"Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo." Woody Allen

jueves, junio 15, 2006

Angustia


A veces ya no sé ni qué hacer
por desembarazarme a tiempo de esta
maldita soledad llena de culpa,
que causa mi delirio y que me hunde
al fondo de la vida con el negro
presagio obstinado de la muerte.

A veces he creido que la muerte
sería preferible a la culpa
de seguir vivo, atado a esta
estúpida nostalgia que me hunde.
No puedo ni pensar en qué hacer
para alejar de mí el sino negro.

A veces el futuro es tan negro
que siento que el destino se me hunde
en vorágines insaciables con esta
añoranza caprichosa de muerte
repentina, oscura, para hacer
más corto el suplicio de la culpa.

A veces me parece que la culpa
es mía, sólo mía, y la muerte
sería un refugio ante el negro
camino que se cierra y que se hunde
ante mis ojos. Cómo le voy a hacer
para zafarme a tiempo de ésta.

A veces siento que voy sólo en esta
terrible confusión, en este negro
batallar que me consume. La muerte,
presencia ominosa de la culpa,
me ronda y me acompaña para hacer
más lúgubre el silencio que me hunde.

A veces el desprecio que me hunde
anula mis esfuerzos ante el negro
propósito de ver aquí la muerte,
sentada a mi lado ante esta
herida complicada por la culpa
.... a veces ya no sé ni qué hacer.

¿Y cómo hacer para arrancarme esta
culpa que me arrastra y que me hunde
en el negro abismo de la muerte?

luis david

lunes, junio 12, 2006

Soneto


Benditas sean las noches y los días
que pasas retozando en mi cama,
bendito el aroma de retama
que impregnas en mis sábanas vacías.

Bendita tu presencia, vida mía,
bendita la lujuria que derrama,
bendita sea tu boca cuando mama
la savia de mi loca fantasía.

Tus senos resplandecen a mi lado,
tus piernas anudadas al consuelo,
tus ojos iluminan el pasado

de besos y de cuerpos en el cielo.
Suspiro que en mi pecho alojado
bendice el infierno de mi celo.

luis david